18 de noviembre de 2016

La cabalgata del circo


Dos hermanas buscaron durante buena parte de su vida un tesoro escondido en el Cementerio Central. Dos hermanos, durante buena parte de su vida, fueron el tesoro oculto de la comicidad uruguaya. Las dos hermanas se abocaron a darle visos de verdad a la búsqueda del tesoro; no hay registro que los dos hermanos hayan vuelto al Uruguay después de haber triunfado en Montparnasse. Las dos hermanas murieron con menos plata de la que habían tenido. Los dos hermanos desaparecieron sin dejar rastros. Aún se habla del tesoro de las hermanas Masilotti y del pez de 18 pulgadas de oro puro, y aún podemos ver, en el viejo espacio escénico del teatro Victoria de Montevideo, cómo se corporizan los Fabulosos Hermanos Masilotti y nos presentan lo que se pudo rescatar de la memoria de otras épocas.
FABULOSOS HERMANOS MASILOTTI es un espectáculo pequeño y afectuoso que, sin apelar a la burla hacia tópicos o costumbres propias de quienes habitan el oriente del Río de la Plata, recupera una forma de humor inteligente que se fue perdiendo cuando sus cultores fueron cediendo espacio en la televisión, la principal propaladora de sutilezas de esta forma tan elegante como lunática de observar la realidad. Es posible que los Hermanos Masilotti se asemejen al contrapunto del Toto Paniagua y Claudio -ese chatarrero millonario que quiere pulirse con un profesor de buenos modales-, y que los actores que los interpretan los hayan tomado como modelo a seguir. Generacionalmente es posible, aunque la gracia de este dúo radique no tanto en la intelectualidad y en el lenguaje como en la oposición de tamaños y en el ejercicio físico, en el silencio de uno y en la verborragia del otro, en lo ramplón y en lo sofisticado que ambos transitan, oposiciones que no surgen de las historias absurdas e imposibles que nos cuentan, sino de haber estudiado esas formas de la cultura popular que a través del non sense daba cuenta de un estado de las cosas mucho más larvado que evidente. La academia de danza, la guardia de los Blandengues y la espera en el hospital (las tres escenas que conforman el espectáculo), concentran esas dosis de sinsentido y mordacidad que no se pretenden efectivas sino elocuentes, y que Horacio Camandule y Pablo Isasmendi dibujan con la naturalidad propia de una greguería, de un limerick, o más difícil aún, de dos cómicos de la legua que marchan por la huella de la carpa del circo hasta que esa huella se hace camino.

FABULOSOS HERMANOS MASILOTTI, escrita y dirigida por Marcel Sawchik. Luces: Santiago Vieira. Sonido: Charly Ferret. Intérpretes: Horacio Camandule, Pablo Isasmendi, Sara de los Santos. Sábados a las 21.30 y Domingos a las 20. Teatro Victoria, Río Negro 1479, Montevideo, Uruguay.

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